sábado, 26 de julio de 2008

Cuando somos nosotros los culpables

Como todos los días, hoy estuve revisando la carpeta de spam de mi bandeja de correo, buscando que había de nuevo. Realmente, era más de lo mismo, spam mezclado con malware con una pizca de phishing y alguna que otra cosa similar.

Pese a eso encontré algo que motiva este post en particular, que aunque no tiene nada de nuevo ni innovador, sirve para marcar un punto importante: en demasiados casos somos nosotros, los usuarios y administradores, los responsables de caer en la trampa de quienes generan y distribuyen malware. Paso a fundamentar mi opinión…

Uno de los correos en mi bandeja de entrada tenía el sugestivo título “Steve Jobs down with cancer”. Claramente, el filtro antispam de mi casilla de correo ya venía funcionando correctamente, porque el título tan llamativo, en un idioma distinto al mío y que no venía de una lista de correo o noticias de las que yo consulto, demostraba que no era un correo solicitado ni esperado por mí.

Para investigar, como siempre lo hago, abrí el mensaje y el sencillo texto decía “Lance Armstrong suffers relapse in cancer and urge Americans to do more to prevent cancer” y luego mostraba un enlace como el siguiente:

http://www.[unsitiocualquiera].com/topnews.html

Los más avispados de mis lectores ya sabrán a esta altura que de ninguna manera deberían seguir un enlace en un mensaje no solicitado. Pero sin dudas alguien lo hace (basta ver las estadísticas de este malware en particular para comprobarlo) y es a ellos a los que me refiero como culpables.

¿Por qué? Porque si abrieron el mensaje y al menos lo hubieran leído correctamente, se hubieran dado cuenta de que tiene algo raro:

  • En el asunto se hace referencia a Steve Jobs, mientras que en el texto se habla de Lance Armstrong, ¡dos personas completamente distintas!
  • El [unsitiocualquiera] apunta a una web cuyo dominio hace referencia al tuning de automóviles. ¿¡Qué tiene que ver eso con el cáncer!?
Pero no, hay demasiada gente que ve un enlace y hace clic, sin reparar en el contenido del mensaje ni en lo que dice ni en el idioma ni en nada. Son adictos a hacer clic en los enlaces, llaneros del doble clic los llama un amigo (aunque aquí solo haga falta uno solo).

Es ahí donde son culpables… de no prestar atención y correr directamente a la trampa. Y esto los creadores de malware lo saben y por eso se preocupan en aplicar la ingeniería social a los asuntos de sus mensajes para hacerlos llamativos a los usuarios.

Del otro lado del enlace, hay una página que simula tener algún video sobre el tema cuando en realidad intentará ejecutar un troyano downloader para descargar más malware en el equipo del desprevenido y culpable usuario.

Buscando en mi bandeja de entrada, encontré uno aún peor, que en el asunto del mensaje decía “Osama caught sodomizing lieutenants” y en el cuerpo del mensaje “Private investigation report on your flirting girlfriend”, con otra dirección web que también apuntaba al mismo malware que el ejemplo anterior (pero en un sitio distinto, de un diseñador gráfico).

Para los que no saben inglés, el asunto habla de Osama Bin Laden sodomizando tenientes, pero el contenido del mensaje habla de un reporte de un investigador privado sobre la supuesta novia del destinatario. Ninguna relación entre asunto y contenido del mensaje, pero eso no es problema, porque demasiados usuarios harán clic en el enlace sin prestar atención a nada más.

Pero, para no llamar culpables solamente a los desprevenidos y poco atentos usuarios, también hay que tener en cuenta a los administradores y desarrolladores de los sitios web donde muchas veces se aloja el malware. ¿Por qué? Porque si, por ejemplo, este malware en particular del que estoy hablando está alojado en sitios de un taller de tuning y de un diseñador gráfico, es debido a que los administradores de esos sitios no tomaron las precauciones necesarias para mantenerlo seguro y de alguna manera los atacantes encontraron vulnerabilidades para subir allí el malware que luego infectará a los usuarios.

Los administradores y desarrolladores de sitios web también son culpables de que este tipo de cosas sucedan, porque si al crear una página de Internet tuvieran en cuenta la seguridad de la misma, los atacantes tendrían menos formas de distribuidor sus creaciones.

El problema aquí es que, aunque no seamos nosotros (usuarios, administradores, desarrolladores) los que generemos y distribuyamos el malware, tenemos algo de culpa de todas formas, porque es gracias a nosotros y nuestra falta de interés por la seguridad o por aprender sobre ella, que cada día el malware tiene más formas distintas de distribuirse y llegar a más y más usuarios.


“is”

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